Si en los asuntos de nuestro negociado hubiera que señalar a individuos con pedigrí, sin duda Teddy Thomson tendría que estar entre ellos: hijo de Richard y Linda Thompson, hermano de Kamila, amigo de los Wainwright, miembro de la banda de Rosanne Cash, telonero de Elton John, productor de Allison Moorer y Shelby Lynne y, por acabar una lista interminable de referencias, coautor junto a Kelly Jones de su disco de 2014 ‘Little Windows’.
Con semejante tarjeta de visita, habría que temer a un hombre-artefacto y, sin embargo, por lo que sabemos y leemos de él, siempre ha sido un personaje humilde, amigable, familiar y poco vanidoso. De hecho, cuida tan poco su figura pública que no sacaba disco en solitario desde ‘Bella’ (2011), una entrega de country-folk que, con ser notable, no estaba a la altura de esta maravilla que se llama ‘Heartbreaker Please’ que sacó hará dos meses.
Para empezar, habría que aplicarle al disco la manida etiqueta de ‘intemporal’, bien merecida en este caso, porque va a dar igual que lo escuches este mes, a final de año o dentro de una década: sus cualidades seguirán intactas. En segundo lugar hay que aplaudir el cambio de registro de Thompson, que en parte ha dejado de lado la americana y se ha dejado caer en los mullidos almohadones del soul y hasta del celtic soul, con las referencias a Van Morrison bien visibles, bien brillantes y convenientemente ‘domesticadas’. Y en tercer lugar, de este ‘Heartbreaker Please’ hay que decir que en 10 canciones y 32 minutos contiene la fórmula mágica de la excelencia, pues suma en exacto equilibrio los tres elementos que constituyen la piedra filosofal de, al menos, la música contemporánea de raíz popular: composiciones perfectas (‘At a Light’, ‘Record Player’, ‘Why What’, ‘Record Player’ o el tema que da título al disco), arreglos inmejorables (en el sentido de que acompañan y realzan las canciones, pero no estorban ni sirven de decoración) y, por último, una extraordinaria -por contenida, humilde y sencilla- resolución: Thompson se revela como un intérprete muy sabio que nunca está por encima de su música sino a su servicio, pero que tampoco (y estamos hablando de soul, con arreglos de viento y cuerda y referencias a un pasado glorioso) se deja intimidar por la empresa que ha acometido.