Samm Henshaw

Anda la crítica inglesa entre sorprendida y un tanto mosca con este chaval de 27 años, inglés a efectos legales, pero que ha hecho (en las propias narices de los brits y parece que sin su permiso) un disco de soul ¡cristiano! tan completamente estadounidense que hasta Samm ‘ha tenido que’ cantar con ese acento (y lo acusan de imitarlo regulichi, que conste). De decir que es una maravilla, poco. Se ve que andan todavía limpiándose la dignidad con la bandera.

Iniabasi Samuel Henshaw es hijo de padres nigerianos y se ha criado en el sur de Londres (y también, el segundo africano migrante de segunda generación que ha obrado recientes prodigios; el otro se llama Genesis). Su padre es pastor evangélico y no, Samm no ha cantado en el coro de la iglesia de su padre, porque en su familia, salvo él, nadie ha practicado nunca la música, aunque es más que evidente que sí que han escuchado en casa lo mejor de lo mejor y durante todo el rato.

Pues eso, que a partir de lo mamado en casa del pastor, salió lo que tenía que salir y este ‘Untidy Soul’ tiene algo de sermón por capítulos y mucho de soul-góspel, mucha Motown, mucho Stevie Wonder, Marvin Gaye y hasta Ray Charles, mucho coro, órgano y vientos, mucha suavidad y melodía y bastante desparpajo a la hora de trufar todo lo anterior con hip hop y citas y puntadas de Michael Jackson, Frank Ocean, Usher y Lauryn Hill.

‘Untidy Soul’ es un disco amable y muy fácil de escuchar, porque no estamos precisamente en terrenos desconocidos y porque Henshaw no tiene intenciones de experimentar con el canon musical que tiene en la cabeza, pero es un disco que muy bien podríamos entender como de descubrimiento más que como de homenaje, porque la luz y el encanto que desprende la mayoría de los temas solo surge de la veneración que alimenta el asombro, un asombro que parece haber viajado intacto en el tiempo desde la primera vez que Samm escuchó -digamos- ‘Talking Book’ de Stevie Wonder hasta alcanzar el momento en que se metió en el estudio con claras intenciones de darse un mirífico baño de góspel y soul para salir de allí con una magnífica obra de evolución e incluso de perfeccionamiento.

por El Poleo