A la mayor parte de nosotros el nombre de Jon Batiste no nos decía nada hasta encontrarnos con esta descomunal exhibición de músculo musical que es ‘We Are’, donde no hay una canción mala y no hay dos iguales, y eso pasa porque el disco es, como poco, el catálogo de las virtudes de un artista extraordinario que parece albergar en su interior toda la historia y todos los resortes de la tradición afroamericana, que los despliega en cuarenta minutos y trece cortes y te deja con la sensación de que podría haber seguido (y lo mismo lo ha hecho) y seguido hasta tumbarnos de asombro.
En Estados Unidos la cosa cambia, pues Batiste es el director de orquesta de The Late Show With Stephen Colbert, es frecuente verlo en eventos de masas, como las retransmisiones más sonadas de la NBA y porque, amiguitos, es el responsable musical de esa maravilla moderna de la animación que se llama ‘Soul’.
Y se ve que con la tele y el cine y los eventos, este casi chaval de Nueva Orleans y de 35 años pues ha decidido salir del armario de los convencionalismos, no sea que lo encasillen, digo yo, y se ha propuesto a sí mismo como el Quincy Jones del siglo XXI y lo ha hecho con nota: soul, góspel, rhythm and blues, jazz, boogie, pop, hip hop, una brass band, un coro infantil y no sé que más despliega Batiste a lo largo de este ‘We Are’ (que se hace cortísimo) para dejarte prácticamente contra la pared. Dice él que este es el primer disco suyo -y lleva unos cuantos– que ha hecho, digamos, a sus anchas y digo yo que esto tiene toda la pinta de ser una muestra de la obra de un artista en su plenitud. No es ahora el momento de comparar ‘We Are’ con piezas maestras de Marvin Gaye, Stevie Wonder, Prince, Michael Jackson o Curtis Mayfield porque supongo que bastarán unos años para que esta maravilla entre en ese olimpo de prodigios por su propio peso.