Songs Of InnocenceSi en la primera década de la existencia de U2, cuando los irlandeses sacaban discazo tras discazo y los aficionados los íbamos comprando y atesorando (rayados y sucios, como no podía ser de otra manera), nos hubiesen dicho que, en un futuro no muy lejano, Bono, The Edge, Larry y Adam iban a regalar un nuevo disco a 500 millones de personas, hasta los mejor pensados se hubieran olido el gato encerrado.

Y ahora que estamos en el futuro no hay un gato, hay dos (o tres).

Gato 1 (el millonario): La única forma, a estas alturas de la película, de que el nombre de tu banda se relacione con una cifra millonaria de ‘entregas’ de un álbum es ‘hacer un Beyoncé’ y si es un free Beyoncé al que invita Apple, ni te cuento.

Gato 2 (the business cat): Eres músico, pero hace mucho que dejaste de ser un artista. No pruebas ni experimentas ni, por supuesto, te la juegas. Te dedicas a mantener tu figura presente en los medios (como es el caso) y a preparar tu próxima gira, exactamente igual que la anterior, por eso…

Gato 3 (el gato del repertorio): Por eso sacas una colección de canciones planas-planitas (“frescas” he leído, me parto) y suavemente marca de la casa -que realmente da igual si las metes o no en el set-list de los conciertos, porque nadie se las va a saber– para recordarle a tu público quién eres, que sigues vivo, que nos ponemos otra vez en la carretera (que es únicamente donde está ahora la pasta) y que las entradas estarán próximamente a la venta.

Y los estadios, otra vez hasta la bandera o hasta la bola, porque a la gente no le gusta aprender ni descubrir ni aplaudir experimentos, a la gente lo que nos chifla es recordar.

por El Poleo