Tened fe: Ty Segall no ha perdido el empuje ni el genio ni la capacidad de derroche que demostró hace dos años y lo ha vuelto a hacer. 17 canciones tienen suficientes altibajos como para proclamar este ‘Manipulator’ como obra maestra, pero a ver quién es el valiente que le quita una cuenta a este rosario. Suena a garage, a punk, a glam, a rock de la dimensión conocida y de la otra, de lo que ya no se hace: es música inteligente y directa, de una franqueza casi chulesca. Un disco con tantas facetas, tantos colores y tanto disfrute, que marea.