Hace poco más de dos años Sean Lennon y Les Claypool, de Primus, se metieron en un estudio y es evidente que se lo pasaron muy bien, porque aquel disco era muy muy ‘entretenido’ y, por tanto, divertido. La diversión no tiene misterio: mezclas el punto melódico de Lennon con el ramalazo chiflado-psicodélico de Clayton y la voz de Sean, tan parecida a la de su padre, pone la guinda y hace el resto.
Convencidos para repetir, se han superado: este ‘South of Reality’ es muy superior al disco de 2016 y, sin demérito de ese, lo es por varias razones:
Todo lo que era experimento o juego en el primer disco es determinación en este. ‘South of Reality’ es un disco-universo, algo creado en el estudio, hecho para ser escuchado con mucha atención (y buena afición: si no te dejas llevar, pierdes el tiempo) y virtualmente irrepetible en un escenario, porque como otros muchos discos históricos, desde ‘Pet Sounds’, lo mejor de Zappa o los primeros discos de Pink Floyd hasta las actuales idas de olla de los Gizzards, la capacidad de absorber a la audiencia y conducirla a determinado estado mental se pierde o disminuye si ponemos en juego otros sentidos que el oído (cierto es que se puede recurrir a ‘ayuda’ química con el mismo objetivo, pero, aunque pueda aumentar la diversión, no llegaremos al sitio que se pretende).
Y luego está el asunto instrumental y es que estos dos tipos prácticamente tocan todos los instrumentos que escuchamos, empezando por ese bajo ubícuo, elástico y casi líquido de Claypool y llegando a la última campanilla de la séptima capa de determinado pasaje. Y sin olvidarnos –es imposible- del extraordinario trabajo sobre las voces, con coros perfectamente dignos de The Beach Boys o The Beatles en sus respectivas obras maestras.