Dicen Auerbach y Carney (50% & 50% de The Black Keys) que éste es el disco que siempre quisieron hacer, pero que hasta ahora ‘que se han hecho mayores’ no se habían atrevido. A lo que sí se habían atrevido desde 2002 es a desempolvar a porrazos y trallazos la tradición del blues-rock en una serie de discos que, si bien metidos por el oído todos del tirón pueden provocar cierto entumecimiento, es indudable que nos han dado bastantes alegrías por la vía de su desenvoltura y su atrevimiento pseudo-primigenio.
Ahora se meten (y muy bien) con el soul en un disco que, una vez escuchado, se nos antoja necesario en su trayectoria, porque es indudable que, con lo de siempre, no podían seguir mucho tiempo donde se habían instalado sin resultar monótonos y por algún sitio tendrían que salir de su propio encierro sonoro. Y lo que nos entregan con este Brothers es un acierto completo, hacia sí mismos y hacia una audiencia que, disfrutando de temas como Tighten Up, Ten Cent Pistol o Howlin’ For You, va a estar encantada de seguir acompañándolos en su aventura.