A ver, yo tengo una teoría: una vez escuchados los dos discos (el primero se compra y con un código que te dan te bajas el segundo) que forman este esperado regreso de The Black Crowes, la sensación que tengo es que lo que verdaderamente querían lanzar es el semiacústico …Until the Freeze, porque es donde a uno se le antoja (no graciosamente) que Los Cuervos están disfrutando verdaderamente y donde se nota más y mejor el ambiente del directo y la jam session. Lo que habrá pasado -se me ocurre- es que la discográfica dijo que sí al estudio de Levon Helm y al concepto de medio-desenchufado y medio-en-directo (al estilo del Stripped de los Stones, para qué nos vamos a engañar, si además se nota), pero dijo no a lanzar como disco principal algo que muchos podrían interpretar como la aceptación definitiva/resignada por parte de la banda de la llegada de la edad madura y todas sus consecuencias (algo ya se dijo al respecto de Warpaint, 2008). Así que lo que habrá sucedido es que hacen dos discos (el que les apetece y el que les piden), aceptan eléctrico como animal rockero, meten el campero como regalo y todos tan contentos (o no, porque es una teoría).
De todas formas, la inclusión de I Ain’t Hiding en Before the Frost… me encanta. Hasta el punto de que tuve que buscar la canción en Amazon porque pensé que era un fake. Pienso que es la cachondada definitiva que confirma mi teoría. Y cuando te pones …Until the Freeze y se arrancan con esta especie de psicodelia de Los Apalaches, es que te confirmas a ti mismo y te quedas tan así.
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