Ahora que estás confinado, ahora que se te empiezan a terminar las ideas de lo que querrías haber hecho las primeras semanas, ahora que puede que pese todo este tiempo y el que queda… ahora es muy buen momento para este interminable viaje que nos proponen los adorables Sunflowers. Al fin y al cabo, la gracia de todo esto es disfrutar con las bandas cercanas igual que con los grandes clásicos. Personalmente ya solo compro vinilos de este tipo de grupos, bandas del underground, bandas con las que he tenido cierto contacto y con las que que inevitablemente siento una conexión.
Este interminable viaje de Sunflowers llega en este 2020 que se nos ha torcido, y he de decir que su historia me ha valido para despejarme el mal humor de estar confinado. No voy a desgranar tema por tema porque lo considero un todo, este álbum solo se entiende si se escucha completo. Es compacto y sólido a la vez que variado, es histriónico y calmado, melodioso y alocado, underground y ojalá se convirtiera en algo mainstream y el gran público lo degustara como si se tratara de un single veraniego.
Los de Oporto se han inventado una historia para evadirse, para cerrar los ojos y volar meditando. Lo dejan claro en el arte del disco, en su interior nos cuentan cómo este viaje se producirá solo en tu mente, en tus pensamientos, sueños o meditaciones. Por momentos desconocerás si son tus propias ideas o son las que ellos han puesto ahí para poseerte. Quizá ese “ellos” sean los dioses que nuestro subconsciente maneja, o quizá sean los propios Sunflowers que han dominado la quiromancia a parte de las artes musicales.
Sí, este viaje interminable suena tremendo y delicioso, suena a película de ciencia ficción de serie B, suena a la escena underground, suena a banda que sigue creciendo… suena como esperabas y como tampoco te esperabas.