Desde los años 90 cada reaparición de Jason Pierce es un acontecimiento y, ya sea por disoluciones o reagrupamientos de sus bandas, ya sea por asuntos médicos, ya sea por los discos que factura, el caso es que este oriundo de Rugby suele atraer sobre sí miradas casi atónitas y oídos prestos, y en el caso de este Sweet Heart Sweet Light, otra vez perfectamente justificados.
Después del también estupendo Songs In A&E (2008) y de varias complicaciones hospitalarias, Pierce parece haber encontrado un remanso de serenidad en su inquietante existencia y en compañía, entre otros, de su hija de 11 años (So Long You Pretty Thing) y del Dr. John (I Am What I Am) ha grabado un disco claro y sereno, poco ‘espacial’, bastante clásico, tan armonioso y templado en las melodías como duro en la letras, haciendo una especie de lúcido aunque sosegado balance de su trayectoria, no sabemos si celebrando el manso momento presente o preparándose para el siguiente batacazo, devenido o autoinfligido, o las dos cosas.