Como con tantos otros, KEXP tuvo la culpa: un directo demoledor, un solo músico tocando la guitarra, pateando un bombo, cantando y a veces con la mano derecha agarraba las baquetas. Jordan Cook, o lo que es lo mismo Reignwolf, se dedicaba a soltar temazos de corte blusero añejo pero con toda la energía del rock moderno.
Así pasaron los años hasta que por fin acaba de salir su primer disco “Hear Me Out”, un discazo desde la primera a la última canción. Toda la esencia y energía de los directos de Reignwolf por fin enlatada o envinilada. Para gustos, colores.
No sé si la espera hizo que el disco me calara tanto que durante las dos últimas semanas no he sido capaz de escuchar otra cosa. No me ocurría lo mismo desde el primer disco de Wolfmother. Este “Hear me out” entra a mi colección de discos en un lugar privilegiado. De pronto, cuando agarro la guitarra quiero ese sonido de amplificador de válvulas, ganancia al 10 y el pedal de fuzz chirriando. Y es que el disco suena tremendo, las guitarras te despeinan a golpes de riffs de esos que uno siempre sueña con escribir. Sin artificios, sonido analógico, crujiente y calentito, no escuchaba un sonido tan agradable desde el “Murder of the Universe” de King Gizzard & The Lizzard Wizard, vieja escuela pero como el rock moderno.
Si de mí dependiera, le sacaría unos cuantos singles: el corte que abre el disco, “Black and red” se te puede colar en la cabeza durante días y hacerte bailar como cuando eras un adolescente. “Alligator” posiblemente tenga uno de los riffs de guitarra con más rollo de la historia del rock aderezado con una percusión más que original. Esas voces que suenan a radio antigua le vienen que ni pintado. “Over And Over” puede destrozar radios como aquel “Over And Over And Over” del último disco de Jack White: todo sonido americano, para que nos entendamos. Aún no has cogido aire cuando te suelta el “Wanna, Don’t Wanna” y te deja tiritando pensando como sonará eso en directo con el formato de power-trio.
“Keeper” es de esas canciones que funcionan por pegadizas y emotivas. Densa como un lodazal y tierna cual canción sentimental… “All My Life, All My Days, Always” se te queda ahí como el pegamento.
En definitiva, un disco para pincharlo a todo volumen y disfrutar de guitarrazos bien puestos, bombos fijos y el saber hacer de un músico que tiene muy claro que lo importante es el directo… esperemos que no nos deje otra larga temporada sin maravillas como este “Hear me out”. Reignwolf Rules!!!!!
by Rubio Salas