El disco de debut de Queen Zee es una descarga muy intensa de rabia ácida que mete diez canciones en 33 minutos y te arrea un meneo del carajo, especialmente -como es el caso- si no estabas advertido. Esto es punk, es power pop a ratos, es glam, es rock por supuesto, también es grunge (pero no de la pata de Kurt Cobain, sino de la de ‘Curtney Love cuando se vovió loca’, como dicen ellos) y, por referencias e influencias, una muy poderosa mezcla de los mejores Fucked Up! y los Titus Andronicus más gamberros.
Y además a Queen Zee le pasan otras dos cosas muy interesantes. La primera es que son ingleses, del mismo Liverpool ¿Y cuánto tiempo hacía que no escuchábamos una descarga de energía semejante procedente de Britania? Pues más de una década, desde la quinta de los primeros Arctic Monkeys. Por eso ya les están poniendo etiquetas del tipo ‘la salvación del rock británico’. No sabemos si lo salvarán o si siquiera queda algo que salvar. Lo que sabemos es que para echar para afuera lo que seguramente se les agarra a las tripas no han tirado de cacharritos ni de secuenciadores: guitarra, bajo, batería, garganta y distorsión. De momento no parece que nadie haya dado con una fórmula evacuante más efectiva y satisfactoria.
Y la segunda cosa tiene que ver con la causa de la rabia. que es a su vez la causa de todo esto ¿Qué puede poner a estas alturas sensata y sinceramente rabioso a un veinteañero? Y no es por falta de razones, sino por falta de veinteañeros cabreados ¿El trabajo precario, el cambio climático, los políticos corruptos, la falta de expectativas o que no te guste cómo ha acabado tu serie favorita? Pues nada de todo esto enciende a la Reina Zee como los asuntos de sexo y género. La disforia de género podrá ser superada por distintos métodos, pero todos tendrán que ver bastante con que puedas hacer lo que te dé la gana con tu vida y con tu cuerpo y si lo que encuentras en tu camino raramente es comprensión y ayuda y más frecuentemente extrañeza, rechazo, homofobia y transfobia, pues vas y te cabreas y, claro, te salen cosas rabiosas y, con mucha fortuna, una bendita rabia que se hace canciones como las de este disco.
Ellos mismos cuentan una anécdota muy divertida acerca del primer encuentro entre Jay, el guitarrista, y Zee: Jay había estado escuchando una actuación de Zee en un garito y, a su término, la abordó con la frase ‘Esto ha sido una mierda ¿Quieres que montemos una banda?’. Luego llegaron Frank y Dave, para bajo y batería y finalmente Ash para la segunda voz y un más que potente valor añadido en una banda de este tipo. A ver lo que nos duran.