Otoboke Beaver

En el imperio del sol naciente el punk no estaba muerto, estaba de parranda con cuatro locas fantásticas que son capaces de encajar catorce canciones en 27 minutos y te meten un meneo que te desatasca el aparato circulatorio y algún otro chisme que tengas con hollín. Otoboke Beaver no son por otra parte unas novatas, este ‘Itekoma Hits’ es el segundo largo que publican, pero debe de ser por la ingente y pasmosa cantidad de energía que acumula en sus cortes por lo que ha sido señalado y andaba por ahí saltando de asombro en asombro hasta que ha llegado a nuestro reproductor.

Lo de los ‘hits’, supongo, viene porque este disco, con ser nuevo, contiene material regrabado: 6 canciones proceden del pasado de la banda, más amateur y con otra baterista, y parece que ser que la incorporación de una fiera de las baquetas llamada Kahokiss -y de qué manera- le ha dado nuevos bríos a la banda y ha lanzado/relanzado la carrera de las cuatro fantásticas de Kyoto.

‘Itekoma Hits’ es uno de esos discos que es imposible que te deje indiferente y todo para bien; y aunque aparentemente todo en su superficie sea furia punk y grrrl power, cuidado con estas chicas, porque ninguna de sus bombas es un petardo y todas son mecanismos explosivos montados minuciosamente. Una escucha sosegada (si es posible y es imposible que sea la primera) permite apreciar que más allá de punk llega a haber grindcore, pero todo está controlado, y cuando se vienen hacia el otro lado, hay garage del bueno, surf y hasta pop.

‘Itekoma Hits’ lo tiene todo y por eso es un discazo. Rápido, violento, directo, breve y con las exactas inyecciones de humor y actitud gamberra para hacerlo contagioso. Sí, es uno de esos discos de los que te gusta hablar porque te encanta compartirlo.

Hay que hacer finalmente una especial mención a la excepcional calidad y calidez (¿en un disco punk?) de la voz de Accorinrin, la solista, porque se defiende extraordinariamente en todos los terrenos que el disco aborda y también porque (hay que decirlo), aunque cante en japonés, ni su tono ni su tesitura provocan extrañeza en el oído occidental. Dicho de otra manera, Accorinrin tiene referentes como Siouxsie Six, Patty Smith o Debbie Harry y eso hace que nos sintamos cómodos. Todo lo contrario (y también hay que decirlo) que ocurre con un disco también japonés, también muy bueno y también con voz femenina que, sin embargo, puede indigestarse al oído occidental, lo cual dificulta el disfrute (del occidental, cosa que este occidental lamenta): ‘Punk’, de CHAI.

por El Poleo