Mr. Airplane Man

Margaret Garrett y Tara McManus se conocieron en un campamento de New Hampshire cuando tenían 10 años. El hecho de no ser demasiado ‘populares’ hizo que la una se refugiara en la otra y ambas en los gustos comunes, que compartieron de forma contumaz durante una década por correo postal y por teléfono (eran los 80’s) y en el mismo campamento adonde volvieron, para poder verse, durante cinco veranos. No es difícil imaginar la cantidad de material que pueden enviarse dos chicas adolescentes que han encontrado más que una tabla de salvación en la amistad mutua y en esa probable tonelada de cartas, notas, recortes y cintas de casette podría rastrearse el camino de ambas saltando de hito en hito por los gustos de la época hasta desembarcar en la edad adulta y en focalizar sus inquietudes hacia la música.

Mr. Airplane Man estuvieron componiendo, grabando y tocando durante una década, desde 1995, cuando formaron el grupo con el consejo e inspiración de Mark Sandman, de Morphine, hasta 2004, cuando el inevitable cansancio y la segunda fase de la edad adulta (familia e hijos) se hizo carne. En esa década nunca estuvieron en el centro de todas las miradas ni en la cresta de la ola, pero sí se hicieron notar entre toda aquella turbamulta de nuevos grupos que surgieron, sobre todo en y desde Nueva York, en los años del cambio de década, siglo y milenio; y, cuando se les pregunta por su concepto musical (blues rock sucio interpretado por un dúo de guitarra y batería) no dudan en reivindicarse como autoras (con otros) de la idea y en absoluto como seguidoras de nadie, en clara alusión a los White Stripes.

Estuvieron de teloneras del dúo de Jack White y su ‘prima’ Meg, de los Yeah Yeah Yeahs (Karen O era fan y confidente de ambas), de los Detroit Cobras y, claro, de Morphine, y tuvieron su momento dulce cuando les llegaban tantas ofertas para tocar que tenían que desechar algunas. Grabaron tres discos en tres años, el inaugural, ‘Red Lite’ (2001), quizá demasiado ‘inaugural’, y enseguida dos de notable alto, ‘Moarin‘ (2002) y ‘C’mon DJ‘ (2004). Y con el notable en lo alto se fueron cada una para su casa.

Hace un par de años, un fan alemán de entonces, convertido en promotor de conciertos de ahora, les hizo esa invitación loca que seguramente estaban deseando oír, que se reunieran e hicieran una mini gira por Europa durante el verano. No se lo pensaron: se vinieron para acá, tocaron, se vieron y se sintieron estupendamente y decidieron darse una segunda oportunidad, este ‘Jacaranda Blue’ viene a ser la confirmación de su decisión y del buen momento de ambas.

por El Poleo