A sus 25 años, Miles Kane ha tenido ya tres bandas, The Little Flames, The Rascals y The Last Shadow Puppets, aunque esta última era más bien una joint venture junto a Alex Turner, y ahora, de nuevo colaborando con Turner –firman juntos hasta 6 temas-, con Clémence Poésy, con Gruff Rhys y con el mismísimo Noel Gallagher, entrega un disco -más o menos en solitario- que a estas alturas ya le gustaría haber compuesto a la mitad sensata de Oasis, un disco que le debería encantar a Paul Weller, a Richard Ashcroft y a Ray Davies, un suma y sigue de lo mejor del pop británico de cinco décadas, con referencias sixties, new wave, algo de psicodelía, mucho brit pop y muy poco indie, una apuesta por calidad y estilo, un autorretrato de madurez de un veinteañero, olé sus tracks.