Sketches of Brunswick East

Vamos por la tercera. En su no suficientemente celebrado (y aun glorificado) esfuerzo por regalar a los aficionados cinco discos en un solo año, la banda de Melbourne y de Stu Mackenzie presentó el pasado viernes 18 de agosto -en un concierto en directo por Facebook- el tercer volumen de su pentalogía. Alabado sea el Rey Molleja.

Para esta entrega los australianos han contado con la colaboración de Alexander Brettin, lider del combo psicodélico norteamericano Mild High Club y, además,un músico de formación académica que contrasta (o se complenta) con Mackenzie, quien reconoce que no sabe leer una partitura.

El resultado es un magnífico disco jazzy de pop psicodélico que se oye del tirón con toda facilidad, que no abruma al al oyente y que, cuando se vea en perspectiva dentro de la discografía de King Gizzard, parecerá un interludio calmoso, amable y tropical. El disco tiene además y precisamente toques de bossa y de música lounge que le aportan suavidad y elegancia, aunque en el proceso de producción este regusto dulzón ha sido convenientemente compensado con la incorporación de elementos orgánicos, ruidos, pitidos, voces y cacharreo variado.

Hemos dicho que se escucha del tirón y así tiene que ser porque estos ‘Sketches’ están concebidos como un todo o un continuo donde la unidad (a la manera, diríamos, de una suite o un poema sinfónico) se impone claramente sobre las partes, que en la escucha, a poco que te dejes llevar, se hacen indistinguibles, lo cual, para los 37 minutos que dura el disco, es algo que hasta se agradece.

Lo que no va a encontrar aquí el desavisado oyente es rastro alguno de Miles Davis y sus prodigiosos ‘Sketches of Spain‘ de 1960. Se ve que Brettin y Mackenzie quisieron jugar con el título del disco, metiendo el barrio de Melbourne donde lo grabaron y haciendo un guiño a Davis, a alguien de la disquera o de la prensa se le calentó la boca y enseguida se han podido leer por ahí las palabras ‘homenaje’ o ‘influencia’ que no están de ninguna manera presentes en este disco ni, pienso, estuvieron jamás en las intenciones de sus autores.

por El Poleo