Cuando todavía está muy fresco en nuestra memoria ‘Singing Saw’, el anterior (y perfecto) trabajo de Kevin Morby, llega el cantautor neoyorquino con un nuevo y estupendo disco para demostrar dos cosas: que está en una magnífica racha (y que le dure) y que está dispuesto a llegar más alto en la factura de excelentes trabajos.
Si las referencias de ‘Singin Saw’ eran múltiples y su incorporación en las canciones era muy generosa, en ‘City Music’ puede entenderse que Morby ha pretendido reducir la paleta de tonos y ha buscado ofrecer un clima más íntimo, cerrado y por momentos áspero, lo que no resta, en este caso, un ápice de grandeza a temas como el que da título al disco, un riff en un dulce y prodigioso bucle de casi siete minutos que perfectamente podrían haber firmado Wilco.
Y es que Wilco es seguramente la influencia (o el sabor) predominante en ‘City Music’, hasta el punto de que puedes llegar a pensar que Morby está haciendo ahora las canciones que ya no puede o no quiere hacer Tweedy. Siendo la otra gran influencia (o el segundo sabor) claramente Lou Reed (o Velvet Underground, venga, va) en temas como ‘Crybaby’ y clarísimamente en ‘Dry Your Eyes’.
Pero lo que hace que este disco algo verdaderamente excepcional (en el sentido estricto de ‘que sucede rara vez’) es el cuarto de hora prodigioso que suma la sucesión de ‘City Music’, ‘Tin Can’ y ‘Caught In My Eye’, cortes séptimo, octavo y noveno del disco, quince minutos de absoluta perfección que consiguen hacerte volver la cabeza incluso en la primera escucha, quince minutos que consagran definitivamente (si es que no estaba ya consagrado) a Kevin Morby como un grandísimo artista, músico, poeta y hasta como santo varón por crear y compartir algo tan magnífico y redondo.