El ex líder de The Arrogant Sons Of Bitches publica su tercer disco en solitario y sigue bastante cabreado, aunque notablemente más concreto, entendido esto último como antónimo de disperso. Diez canciones que pretenden ser diez ladrillazos contra la Era Trump y todos sus males (presentes, futuros, reales o imaginarios) y que, si no logran la desintegración a guitarrazos del tal Donald, al menos tienen la virtud de ser un rosario de hits memorables.
Y en el aspecto musical Rosenstock parece tenerlo tan claro como en el político: su ‘no nos moverán’ alcanza plenamente el nivel compositivo y la excelencia de las composiciones no tiene otra referencia que la discografía de su autor y el cada vez más lejano universo de la new-wave británica de los 80 de quien este norteamericano de solo 32 años parece ser un epígono desterrado, aunque alumno aventajado.