Podrían pasar por una banda (otra) anclada en la reminiscencia indie de los 80/90 (Pixies sobre todo), pero hay un distanciamiento en las composiciones, una extraña elegancia y, sin embargo, un cálido desgarro en la voz de Frances Quinlan, que te hace volver una y otra vez sobre este sobresaliente álbum que, como álbum que es, cuenta canción a canción, una historia.

 

por El Poleo