Honningbarna

Tú no lo sabes todavía, pero necesitas este disco en tu vida. Bueno este o cualquiera de los seis de la discografía de esta salvaje pero calculada banda noruega. De hecho, cuando los escuches puede que te pase como a al lector que ha escrito esto en un foro sobre la banda:

al escucharlos siento unas enormes ganas de bailar hasta el amanecer y de destruir el sistema capitalista; las dos cosas al mismo tiempo…

Lo de Honningbarna (‘los niños de la miel’) es religión entre sus fieles, a quienes ellos suelen agasajar con intensos directos donde, a pesar de la famosa contención escandinava, no deben de dejar cerveza sin beber ni piedra sobre piedra, y a pesar (también) de cantar no solo en noruego, sino en un dialecto de este idioma, lo suyo son álbumes conceptuales, de hecho, tirando a filosóficos: en este ‘Animorphs’ se meten -leo- en turbias aguas existencialistas para presentar la vida humana como una experiencia casi carente de certezas donde todos avanzamos a tientas por lo desconocido.

Por lo que nos atañe más directamente, este disco es una explosión de ferocidad como hace mucho que no escuchábamos: bajo y batería, como poseídos por una descarga, lanzan las canciones hacia adelante en una pendiente sobre la que se deslizan al guitarra y la voz metálica del vocalista en una vorágine -increíblemente- no enemiga de la melodía.

Honningbarna tiene además el poder adictivo de los primeros Titus Andronicus o Fucked Up! y la energía inmediata de Pissed Jeans o The Bronx.

por El Poleo