Will Toledo ha vuelto y no exactamente por donde lo esperábamos, pero no nos vamos a poner tiesitos, porque el material que contiene ‘Making a Door Less Open’ es bueno y la intención parece honesta, así que hay poco que objetar, señoría. Por otra parte hay que tener en cuenta que este muchacho realmente hace cuatro años que no saca disco, porque ‘Twin Fantasy‘, de 2018, era un refrito de lujo de un disco que sacó con más sinceridad que medios en 2011 y que Will necesitaba rehacer. Así que, claro, en cuatro años a uno le da tiempo hasta para decepcionarse de sí mismo o de las propias circunstancias, como parece deducirse del tono y del tema de muchas canciones de una entrega que esta vez no es conceptual o no lo pretende.
En el aspecto musical es donde más se aprecia la evolución a alguna parte; y esta será porque sí, por el natural movimiento de las ideas y de todas las cosas o porque Toledo tiene un proyecto paralelo (y al parecer satírico) de música electrónica y por aquello de los vasos comunicantes, pero el caso es que se advierten cambios notables que incluso podrían alcanzar al mismo género del disco, que sería más pop que rock, aunque con Car Seat Headrest esas fronteras nunca estuvieron definidas ni falta que les hace. Y esos cambios evolutivos se notan tanto en la misma superficie sonora de las canciones, donde lo digital se impone a lo analógico, como, por supuesto, en el corazón de los temas, con más melodía y un manejo de los tempos ciertamente moderado; aunque, por supuesto, las cualidades caprinas de la voz de Will Toledo lo alejan varios pársecs de poder ser considerado un crooner.
Con todo, y viniéndonos un poquito arriba, este ‘Making a Door Less Open’ es un gran disco porque su autor (venga, autores) ha alcanzado ese momento virtuoso en la vida de todo artista en que le importa una higa la etiqueta que se le quiera poner a su trabajo, porque -ahora mismo, por lo menos- está en un limbo donde, sin tener que rendir cuentas a nadie, puede sonar a Beck y a sí mismo, a Bowie o a los Talking Heads, a Titus Andrónicus y a Spoon, sin dejar de ser Will Toledo. Mucho trabajo, mucho sudor y muchos dolores de barriga ha pasado este hombre para llegar hasta aquí, así que disfrutadlo.