Algiers

Me dice un amigo que últimamente meto mucha caña en las reseñas y no sé si será el descreimiento por la edad o que me las ponen como a Fernando VII, como hoy. Anda por ahí (casi) toda la parroquia revuelta con lo último de Algiers, que si confirmación, que si madurez, que si consagración, y yo lo único que he oído en las tres o cuatro escuchas que le he metido al disco ha sido ruido, un ruido exagerado, sobreactuado, histérico, un ruido que me temo que tapa mucho porque tapa el vacío, o casi.

Ya sé que estaréis pensando eso de ‘ahora va a decir que le gustó más el primero‘ y, vale, puede ser, aunque realmente lo que pasa es que el primero era sorprendente porque en su momento no había nada parecido y este es una vuelta sobre lo mismo, con más metralla y menos chicha, con el peso de cosa conocida y con la impostura a flor de piel. Que no me lo creo o que ya no me lo creo.

No me creo el furioso mensaje político/apocalíptico, no me creo el ruido de relleno (este ruido) como forma de arte, tengo un déjà vu con la voz góspel de Franklin James Fisher sobre las bases electrónicas y me parece que me están tangando con el postureo post-punk.

¿Que qué se salva? Hombre pues algo sí se salva: ‘Cry of the Martyrs’, ‘The Underside of Power’ y ‘The Cycle/The Spiral: Time to Go Down Slowly’. The rest is noise.

por El Poleo