Generalmente, si el líder de una banda de rock (o punk-rock o emo o…) decide cambiarse de sexo a mí me interesa tanto como si decide cambiar de marca de yogur. Pero, cuando este cambio de sexo y de nombre (de Tom Gabel a Laura Jane Grace) afecta al título del álbum, se convierte en alma de las letras, evidente motor de las composiciones y gasolina para un rearme en toda regla del grupo (con purga de dos de sus miembros incluida), la cosa cambia y, en concreto y en lo que me afecta como oyente, si a Against Me! lo que le faltaba era estrógenos por las venas de su frontman/woman, viva y viva la hormonación.