Hace un año, The Man, The Belfast Lion, publicó un disco llamado ‘Keep Me Sinnging‘, así que no sé a qué viene tanta sorpresa con la prontitud y con el contenido del nuevo disco de Van: si cantar lo mantiene vivo ¿cómo puñetas va a parar?. Además, si las facultades le fallaran o el disco fuera un arreglillo para hacer caja (difícilmente ya en estos tiempos)…; pero para nada, pero de ninguna manera, pero es que yo firmo ahora mismo esos 72 años y ‘Roll With The Punches’ suena que te tumba, así que vamos a tener que hablar de música.
Lo nuevo de Van Morrison reúne cinco temas originales (atención a esa joya que se llama ‘Transformation’) con diez clásicos (blues, soul, góspel) compuestos, entre otros, por Bo Didley, T-Bone Walker, Count Basie, Sam Cooke, Lightnin’ Hopkins o Sister Rosetta Tharpe, algunos de los cuales ya había grabado -y más de una vez- y que interpreta (al micro o en la banda) con gente como Chris Farlowe, Jeff Beck, Georgie Fame, Paul Jones o Jason Rebello. Quince temas impecables y dream team lo mires por donde lo mires. Así que dan ganas de repetir la pregunta de hace un año: ¿qué más quieres?
Bueno, pues si quieres más, sí que se puede sacar cierta trascendencia al álbum para no considerarlo un capricho de Morrison o un saco de (excelsas) canciones. Se puede decir así que ‘Roll With The Punches’ podría ser un capítulo sonoro de las memorias de The Man, que podría llamarse -naturalmente- ‘Me & the blues’, y en el que recorremos a través de la voz del irlandés diversas estaciones de lo que han sido, por un lado, sus más notables influencias, y, por otro, sus más fecundas etapas como compositor e intérprete. En las últimas notas de ese capítulo el oyente tendría ya clara la idea de que el león de Belfast es perfectamente consciente, y así nos lo quiere comunicar, de que el blues, primero por imitación, luego por inmersión, finalmente por transfiguración, es la principal causa, influencia y razón de su carrera como artista.