En este mundo de famas fugaces y montañas rusas de hypes y fundidos a negro no se puede estar dos o tres años mareando la perdiz para entregar un disco (a estas alturas) convencional.
Azealia sí hace bien lo que hace (su poquito de hip hop, su urban, su “erambí”…), pero si no hubiese tardado tanto en sacar un largo y no hubiese creado expectativas -a la postre- tan descompensadas, no hubiera decepcionado con este Broke… del que desde luego esperábamos mucho más (y por culpa de ella).