Hay varias cosas que Brittany Howard y su banda despachan (bueno, mejor, se pasan por la piedra) en los primeros acordes de la primera canción (homónima) de este disco: primero, eso de que el primer disco era mejor (aquello -visto ahora- era una salva de aviso, ahora viene el tiroteo); segundo, que son una banda vintage de rock sureño para consumo de hipsters (Sound & Color suena tan cierto y tan intenso que parece que estos tíos acaban de inventar el soul: por Dios, si hasta se regodean); tercero, que los géneros clásicos afroamericanos son cosa de museo o de blanquitos nostálgicos (Howard no es precisamente pálida y este disco demuestra -otra vez y tantas…- que, cuando la tradición es gloriosa, lo que hay que hacer es rendirle homenaje reinventándola).

por El Poleo