O sea, lo que (me atrevo a suponer que) probablemente preferirías no saber lo puedes encontrar en la entrevista que hoy publica la edición española de Rolling Stone (web, que, por cierto, no está nada mal) a las dizque “cuatro personas más poderosas de música en España” (y no, no está Julio Ruiz entre estos fab four).
Pues bien, entre este cuarteto de mandamases, destaco las (entiendo que) enormemente sinceras manifestaciones de Jaume Baró, director de “40 Principales”, un señor que, a pesar de ser pianista titulado, administra su negocio musical como podría administrar cualquier otro (pongamos de venta de mortadela o de chanclas brasileñas), es decir, con criterios puramente empresariales: tiene un producto (‘la música que de verdad de verdad de la buena le gusta a la inmensa mayoría de la gente que es target de los anunciantes generalistas más potentes”) y lo vende como nadie (cuatro millones de oyentes se calza el Jaume de media) a quien quiera pasar por caja.
A través de sus palabras La Verdad comienza a revelarse: las discográficas ya ni pinchan ni cortan en lo que se programa (“no tienen un pavo”), la música de ‘Los 40′ no va dirigida con preferencia a adolescentes, como cabría imaginar, sino “a un público masivo y de una franja de edad joven determinada, entre los 25 y los 35 años, aquella con más recursos, y posibilidades, para gastar sus euros”, no se pincha ni heavy ni rap (porque “son estilos polarizados”, es decir, cabrean a una parte de la audiencia) y tampoco -dice- “a Justin Bieber o a Miley Cyrus” porque “a mí lo que me interesa es que me oiga el dependiente del Zara, el tío del taller…”; ah, y “el pop español no ha evolucionado, está antiguo, casposo”.
Así que ¿qué culpa tiene el pobre Jaume de eso de que le acusa en ese mismo artículo el director de ‘Rockdelux’?