En esto de la música hay dos tipos de carreras: la normal, que suele ir de menos a más (y también, luego, al revés) y que se podría dibujar esquemáticamente como una curva; y la otra, la menos normal (pero no por lo abundante), que consiste en repetidos -pero no iguales- intentos de meter cabeza como sea y que se podría representar como una estrella ninja.

La carrera de The Maccabees, a la vista de sus tres discos, es del segundo tipo. Con el primer disco fueron los nuevos chicos del nuevo britpop (a la moda de Futureheads o Bloc Party), con el segundo quisieron ser los émulos británicos de Arcade Fire y en este tercero, visto que no cuajan, visto quién llena estadios y vistos los cachés, han apostado por un refrito entre Coldplay y U2 con toques a lo Sigur Rós para abrir los temas y darle un poco de pomada trascendente al asunto. Además, es aburrido, y lo saben, si no, Pelican no sería el single.

por El Poleo