La tercera entrega de Quilt, esta suavona propuesta de pop, folk y psicodelia, es una nueva visita a las demos primigenias con que los de Boston encandilaron a su discográfica hace un lustro y precisamente su discográfica los está promocionando a bombo y platillo fuera de su audiencia ‘natural’ como si fueran la nueva-gran-cosa-moderna.
¿A que suena a desastre seguro? Pues no. ‘Plaza’ es un muy buen disco que no traiciona y aún endereza la esencia del grupo. Lejos de romper la trayectoria (vale, son solo tres discos con este), la retoma, la corrige y la suaviza. Se cambia la densidad de capa + capa + capa por la melodía y la encomiable voluntad de encandilar al oyente, aunque sea a estribillo limpio.
No es un disco que vaya a pasar a la historia, pero es un muy buen disco y da gusto oírlo, es encantador, se disfruta a la primera y uno no tiene que esconderse para hacerlo.