Egypt Station

A mí me da igual que este disco de Macca sea bueno, malo o del altiplano de la mediocridad (y malo no es), porque este y cualquiera que publique hasta que estire la pata son monumentos sonoros a la vida, al amor propio, a su (justificadísima) vanidad, al deseo (aplausos) de seguir formando parte de la actualidad y este y cualquiera que publique (como si saca uno de solos de zambomba) merecen respeto, acatamiento, genuflexiones y eterno agradecimiento al tío que, si no inventó todo esto, no hay quien le discuta el 51% de la finca.

Argüir que saca disco para hacer gira es pedir plaza en el frenopático, decir que está en ‘piloto automático’ (¡a los 76 años!) es para el desencaje maxilar y, finalmente, hay que tenerlos cuadrados y de plomo para sostener que están ‘cargadas de clichés pop’ canciones (‘I Don’t Know’, ‘Come On To Me’, ‘Who Cares’, ‘Fuh You’, ‘Back In Brazil’…) por las que Nacho Vegas -es un poner- pasaría la noche amartelado con la momia de Franco.

Vivimos tiempos descreídos e irrespetuosos, mucho, en un país con una minoría que se pretende culta que sigue alimentándose de prejuicios viejunos, castrantes y mendaces y con una mentalidad de aldea por la que cree seguro el aplauso el tío más burro que tira la piedra más fuerte y rompe más cristales.

por El Poleo