Owen Pallett

Van a tener mucha suerte aquellos que puedan, a principios de diciembre, ver a este tío en Madrid o Bilbao. Porque no debería dar apuro alguno en reconocer que Pallett es uno de los músicos más fenomenales que nos ha dado el nuevo siglo y que conviene verlo y disfrutarlo ahora, en su probable mejor momento. Por si las moscas.

Este año, ya definitivamente ‘liberado’ del nombre (Final Fantasy) con que editaba y actuaba a mediados de la pasada década, ha publicado dos trabajos excepcionales. En enero, Heartland, mayúsculo y delicado, estremecedor y elegante, vibrante y riquísimo trabajo que, de tan suavemente denso, parece un encuentro mágico entre Saint-Saëns y Soft Cell, entre Prokofiev y The Beach Boys. Y no creo exagerar: si Debussy o Fauré o Ravel estuvieran ahora entre nosotros no creo que hicieran algo muy distinto a lo que hace Pallett.

Y hace unas semanas ha publicado un delicioso EP titulado A Swedish Love Story: cuatro piezas de orfebrería entre el pop, lo clásico y la electrónica que dejan tan buen sabor de boca como agria ansiedad de más prodigios.

por El Poleo