Más psico-pop y sobreproducido (al decir de algunos) y menos indie-folk que el resto de sus discos, el nuevo trabajo de Sam Bean amplía horizontes acústicos y –por qué no- comerciales. El abandono de tics sureños es cierto que le resta a ‘Kiss Each Other Clean’ el duende que tenía, por ejemplo ‘The Shepher’s Dog’, pero eso era antes y esto es ahora, y tampoco estamos aquí para pedir a la gente que no cambie, si no nos disgusta el cambio.
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‘Kiss Each Other Clean’ es un disco grato, amable, de fácil escucha, pero no facilón. Le faltan, sin embargo, dos cosas, que bien podrían ser la misma: un par de grandes temas y alguna(s) ruptura(s) en medio de esa sucesión de canciones en medio tiempo que acaba por ser un tanto plana y hasta confusa, sobre todo, si lo oyes siguiendo las indicaciones del propio Bean:
“It’s more of a focused pop record. It sounds like the music people heard in their parent’s car growing up… that early-to-mid-’70s FM, radio-friendly music.”