Nacido californiano y criado en Nueva Orleans a la sombra de un club de jazz, Frank Ocean ha pasado algunos años componiendo para Justin Bieber, Brandy o John Legend. El huracán Katrina lo devolvió a California, donde entró en contacto con el colectivo que lidera Tyler, The Creator y, hace un año, publicó ya con su nombre un mixtape que llamó la atención de tres vacas sagradas de la música negra contemporánea: Beyoncé Knwoles, su marido Jay Z. y el omnipresente Kanye West.
Con estas recomendaciones (y alguna más) Ocean debuta oficialmente con ‘Channel Orange’, uno de los discos más universalmente aclamados en lo que llevamos de año, un disco aparentemente de r’n’b contemporáneo –con sus samples, su auto-tune, sus falsetes, su caja de ritmos- pero con el suficiente valor añadido como para poder (casi) equipararlo a piezas históricas de la música negra de autores como Marvin Gaye o Stevie Wonder.
Ese valor añadido le viene a ‘Channel Orange’ principalmente de tres fuentes: la primera es el clasicismo soul de sus melodías, que hace del disco una continuación de una corriente con más de medio siglo de gloria; la segunda, las historias que cuenta en sus letras, de excelente calidad literaria y muy influidas por la propia biografía sentimental de Ocean; y, finalmente, el poso reconfortante de cultura negra norteamericana del siglo XX –jazz, blues, rhythm and blues- que se deja notar en arreglos, citas y samples.