Elvis Costello

Lo nuevo y muy bueno de Elvis Costello se apoya en tres patas y una muleta (aceptamos bastón vintage con empuñadura de plata) y es tan fácil de descifrar como de disfrutar.

La primera pata es Costello mismo (es una obviedad, aunque no tanto), pero como con la edad (tiene ya 64 años) a algunos (el sinatrazo de Dylan todavía resuena y por ahí anda Willy Nelson con ‘El Sinatrazo, El Regreso’) les da por hacer tonterías, pues nunca está de más agradecer la coherencia y el deseo íntimo pero compartido de sonar uno a sí mismo. Y eso hace: suena reconocible, gratamente previsible y a los 40 años de carrera que llevan encima sus costillas. Si acaso (‘Unwanted Number’, ‘Mr. & Mrs. Hush’), se parece a Paul Weller más de lo acostumbrado, pero francamente da lo mismo: vienen del mismo sitio y han llevado en cierta manera vidas paralelas. O sea pop, pop rock y blue eyes soul de calidad suprema.

La segunda pata es el cuidado, el mimo, la exquisita labor artesana que destila esta pedazo de producción (que él mismo ha dirigido) y que pide a gritos soledad, sofá, auriculares y una tarde por delante para apreciar en toda su majestad esta obra de arte musical, fonográfico y tecnológico. Pasen antes por la sección de créditos, por favor.

Y la tercera pata, consecuencia de las dos anteriores, es decir, la suma del tiempo vivido y ganado para sí y la minuciosidad consagrada al trabajo y amor propios, es que este es seguramente el disco con el que por fin Costello se corona como gran crooner posmoderno (aprende, Alex Turner) que, lejos de querer emular triste y ridículamente a los clásicos, busca su propia estética como cantante y, de paso, renueva su ética como artista. Poneos ‘Why Won’t Heaven Help Me?’, ese prodigio que alterna entre la bossa y el pop-rock, y llorad de gusto.

Y la muleta/bastón a la que aludíamos arriba tiene dos nombres (y, claro, no están aquí por casualidad): Carole King es coautora de ‘Burnt Sugar Is So Bitter’, de la que Costello parece querer borrar su aire vintage con arreglos, y ¡Burt Bacharach! quien con 90 años participa en la composición de ‘Don’t Look Now’, ‘Photographs Can Be Lie’ y ‘He’s Given Me Things’, toca el piano y está, con King, en este extraordinario disco como un dios lar protector.

por El Poleo