Tres años después de ‘Bitte Orca‘, la banda del neoyorquino Dave Longstreth confirma -al cabo de una travesía de siete discos que arrancó muy gamberra– su llegada a la madurez, a la claridad, a la tradición y, naturalmente, al mainstream. Pero en un aterrizaje de lujo en las pistas de la realidad y la necesidad, ‘Swing Lo Magellan‘ es un aparato muy digno, de notable calidad, cálido, variado, exquisito, amable y cuidadoso con el oyente, tanto el que venía en el vuelo como el que esperaba junto a la pista.