Vale que digan que éste no es el disco más trascendente de Deerhunter, vale que digan que suena ochentero (XTC, Jesus & Mary Chain, The Smits, Pixies…) y setentero (Bowie, The B-52’s) y sesentero (Velvet Underground) y hasta cincuentero (The Everly Brothers) con lo que –supongo- dejan caer que es un pastiche, de lujo, pero pastiche; pero no vale que sigan empeñados en etiquetar algo que contiene todo lo anterior como “indie” (Deerhunter merece una etiqueta como un campo de fútbol), que no sólo no es poner a estas alturas etiqueta alguna, sino alinear a un ‘primera’ en Regional Preferente.
A Bradford Cox le pasa como a Beck: sólo brilla (y muy a menudo, por cierto) cuando resulta enciclopédico, cuando entre tanta capa y capa de sus canciones se van descubriendo guiños al oyente avisado. Por eso ‘Halcyon Digest’ (y mira que con lo del ‘digesto’ lo deja claro) exige atención, reescucha, revisión y hasta estudio; y, finalmente, cuando le has cogido el truco, cuando Cox te ha mostrado todos sus naipes, es cuando, con todos esos sabores por fin digeridos, llegan el disfrute y el agradecimiento a tanta tradición interpretada en el fogón de hoy, sin refritos y sin reciclajes, con exactos talento, respeto y sabiduría.