Una de las joyas tapadas del año -como, por otra parte, casi la entera y siempre eclipsada trayectoria de la banda-, grabado en Portland, lejos de Escocia y de algunos problemas (médicos) de algún miembro del grupo. Un disco de madurez (llevan juntos 17 años) o de reagrupamiento, con el protagonismo absoluto de la voz cada vez más cálida y segura de Tracyanne Campbell, que se mueve con soltura a lo largo de las doce (bastante extensas) canciones del álbum y de sus notables, agradables y agradecidos cambios de tono y de color.

por El Poleo