Cuenta el mito que esta fuerza (vocal) de la naturaleza fue descubierto en el metro de París, donde vivía casi como un sin techo, que poco menos que había huido a Francia por problemas de diverso tipo, que no quiere saber nada de su familia y no sé cuantos melodramas más, incluida, por supuesto, la fábula de músico sin formación y hecho-a-sí-mismo con el que Paul McCartney flipa cuando lo descubre en su primera aparición televisiva.
Que todo lo anterior es -verdad arriba, verdad abajo- una trola magnífica lo confirma el propio Clementine y basta una primera escucha a este monumento sonoro para descubrir que el variado catálogo de influencias (de la chanson al jazz, de Serge Gainsbourg a Nina Simone, del jazz a Satie) no lo asimila uno en una acera.
‘At Least for Now’ es un disco apasionado, impetuoso, irregular, descompensado y heterodoxo, pero también es irresistible y adictivo, y con el plus de que se puede practicar el juego de adónde puede llegar -por arriba, por abajo, por los matices- la portentosa y milagrosa voz de este hombre.