Recuerdo cómo pusieron a los Stones por Some Girls en1978 (“¡es música de discoteca!”), a Pink Floyd por The Wall en 1979 (“¡¿canciones de sólo 3 minutos?!”), a The Police por Zenyatta Mondatta en 1980 (“se han vuelto muy comerciales”) o, hace menos, en 1997, a U2 por Pop.
https://twitter.com/extremasound/status/394531743291555840
No hay nada nuevo bajo el sol de la crítica ni alumbra ninguna luz en las sombras del papanatismo musical (bueno, del musical y del universal). Por muy conocido, respetado y aun venerado que sea un grupo (o, a lo peor, por eso mismo), como se salga de la vía de lo esperable, de lo-que-al-fan-le-gusta, palo al canto, catástrofe mediática, rasgado de vestiduras urbi et orbi o, en el mejor de los casos, sorna displicente.
A ver, cuando los canadienses anunciaron que se iban a asociar con James Murphy para su nuevo LP ¿exactamente qué parte del mensaje no se entendió? ¿Esperaba alguien que del mismo sitio de donde han salido los hits de LCD Soundsystem fuera a surgir un apocalipsis barroco de estructuración filosófica? Vamosanda.
Mensajes filosóficos post-industriales aparte, que los habrá, Arcade Fire han querido -se supone- hacer un disco alegre, alumbrado, entretenido y bailongo, han tirado de los 80, de Jamaica, de las bolas de espejitos y del bajo funky y les ha salido una cosa bastante apañada, curiosa, interesante y que, a todas luces, puede y debe entenderse como un ejercicio de libertad creativa (que es lo que verdaderamente molesta a tantos) o, en su defecto, como un capricho de estrellitas pop, que, desde luego, benditos sean por podérselo permitir.
Sí es cierto, no obstante, que Reflektor, en conjunto, sí que deja un retrogusto a un “quería, pero no me he atrevido del todo”, deja notar ciertas tensiones entre composición, arreglos y producción y -digamos- no es una faena redonda, como sí lo fueron otras (pero en otras plazas), pero es un producto muy a la altura de Arcade Fire (vale, de otros, de estos, Arcade Fire) y, si no fuera porque lo firman ellos, todos estaríamos cantando alabanzas (y los papanatas sacándolo en procesión).