Alexis Puentes, Alex Cuba, nacido hace 43 años en Artemisa, 70 kilómetros al suroeste de La Habana y residente en Vancouver, Canadá, desde hace casi dos décadas, es un prolífico músico y compositor latino que ha trabajado para Nelly Furtado, ha colaborado, entre otros, con Ron Sexmith, ha publicado seis o siete discos, tiene un Grammy latino por uno de ellos y era hasta hace muy poco un perfecto desconocido para quien esto escribe y, sospecho, para la mayoría de los que lo lean, al menos desde España.
La posible causa (dejémonos de culpas) de la escasa o nula difusión de la música de Cuba (apellido) en España puede estar en un problema de categorización que este muchacho trae de serie y que no comulga bien con las tres o cuatro casillas (y ya) en que necesariamente ‘hay que’ enmarcar la música latina para venderla en nuestro país.
Lo que hace el autor de ‘Lo único constante’ es una actualización/evolución preciosista y exquisita de la canción melódica cubana, el filin de los años 40 y 50, que era, a su vez, una actualización/evolución de la canción tradicional hecha por artistas que ya estaban entonces en contacto con la música anglosajona anterior y posterior a la II Guerra Mundial y, por otro lado, se puede entender o explicar como una continuación despolitizada de la nueva trova cubana de Silvio Rodríguez o Pablo Milanés. Concretamente, si se le pregunta a un oyente español de cierta edad acerca de a qué se parece la música de Alex Cuba, no dudará en citar a alguno de estos dos históricos cantautores.
Pero lo que consigue Cuba (apellido) es desde luego algo más y bastante más interesante que todo lo anterior, pues, sin desvincularse en absoluto de la tradición de la que procede, consigue, por simple proximidad a las fórmulas más actuales del pop, dar tal baño de modernidad y frescura a sus canciones, que convierte cada una de ellas en un ejemplo brillante de lirismo y, también, de ingeniería sónica, pues, aunque la maestría del autor y cantante lo disimule muy bien con una apariencia de simplicidad, detrás y debajo de cada tema hay un enorme trabajo de composición y de arreglos llevados a término a través de una excelente y luminosa labor de producción. O sea, lo que viene siendo una maravilla.