King Khan

King Khan es el alter ego de Arish Ahmad Khan, músico indo-canadiense establecido en Berlín y una de las figuras más misteriosas de los últimos años en el mundo de la música underground. Da sus primeros pasos en el submundo del garage, donde irrumpe a mediados de los noventa en su Montreal natal  con Spaceshits, junto con Mark Sultan. Con éste colaborará también  en King Khan & BBQ Show. Forma y graba con otros grupos como Tandoori Knights, Black Jaspers o Almighty Defenders (junto a miembros de Black Lips). Ejerce además de salvaje frontman en su última banda, The Shrines. Todo esto le ha permitido recorrer medio mundo y dar infinidad de conciertos, lo que le ha convertido en un referente de la escena más subterránea del rock and roll actual.

Caben destacar un par de discos imprescindibles de algunas de sus formaciones: su debut como King Khan & The Shrines, ‘Three Hairs and You’re Mine’ (2002) y ‘What’s for Dinner’ (2006) como King Khan & BBQ Show.

Este ciudadano del cosmos que se desdobla en múltiples personajes en sus distintos proyectos para asumir sus caleidoscópicas pasiones: el soul, la psicodelia, el gospel, el garage-rock, el rhythm & blues, el tarot, el black power, las bandas sonoras y ahora el jazz…

Su más reciente obra ‘The Infinite Ones’ es un homenaje a los grandes compositores (Alice ColtraneRahsaan Roland Kirk, Philip Kelan Cohran, Bernard Herrmann, Ennio Morricone, Miles Davis, Sun Ra, John Carpenter, Quincy Jones, el viejo Bollywood o el cine negro), que de una manera u otra le han inspirado durante los 23 años de su carrera como compositor.

Cuenta con la colaboración de John Convertino y Martin Wenk (ambos de Calexico), Brontez Purnell (Younger Lovers), Ben Ra (compañero de The Shrines), Davide Zolli (The Mojomatics), además de los históricos Marshall Allen o Knoell Scott, miembros de la Sun Ra Arkestra. Todos participan en este disco atestiguando el valor espiritual del jazz de King Khan, de la música cinematográfica y de la memoria del sonido analógico en unos tiempos actuales donde predomina lo efímero, y que aquí se reflejan en este atemporal y único universo, rumbo a lo desconocido y más allá del planeta jazz que se oye y respira en esta excelente entrega.

Destaques para esa oda planetaria al sol ‘Wait Till The Stars Burn’, para ese par de réquiems, ‘Tribute to the Pharoahs Den’ dedicado a Danny Ray Thompson de la Sun Ra Arkestra y ‘Hal’ dedicado al musíco y productor Hal Willner y para ‘Theme of Yahya’ que podría encajar en cualquier ‘colonna sonora’ de los setenta.

por El Poleo