(Por Leo D. Kroglie)
Hace tiempo ya que J.G. Entonado & Arín Dodó nos están contando las nociones básicas de sus conceptos y sonidos arindododianos. Nos dicen cosas como que todas las frecuencias de sonido están permitidas, o que a ellos no les interesa la armonía, ni siquiera las melodías: sólo el timbre y el ritmo. Este minimalismo se puede apreciar en el nuevo video que han sacado, La herencia del boxeador sonado. Está hecho con cuatro notas y media y unas pocas imágenes, montando un producto inquietante y obsesivo, tal y como nos tienen acostumbrados.
Por otra parte se ponen a acompañar a Enrique Gracia Trinidad y Andrea Navas ofreciendo un recital de sonidos sencillos y mínimos que quedan bastante bien con las voces de estos dos poetas.
Pero, claro, de pronto me veo a J.G. Entonado cantando Knock on Wood con la Big Band de la UCM. ¿En qué quedamos?.
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Tanto promulgar los sonidos no permitidos y de pronto lo veo haciendo temas standard con una banda clásica de 6 u 8 saxos, trombones , trompetas, flautas traveseras… ¡y hasta partituras!. Debe de ser que sus neuronas explotarán de vez en cuando y tiene que oxigenarse con lo de toda la vida para no caer en la demencia.
Ya se ve que los arindododianos se retroalimentan de sus contradicciones y además las disfrutan y se recrean en ellas, dándole cancha para crear productos extraños como los Diálogos Inesperados en el Cielo, una síntesis de lo que es el arte (o el no-arte) para ellos y una divertida reflexión sobre cómo se inspiran y el papel que ejercen las inexistentes musas en su proceso creativo.
Menos mal que la promiscuidad que practican estos tipos no está relacionada con el sexo, porque si no, hace ya mucho tiempo que estarían a2 metrosbajo tierra, víctimas de una enfermedad venérea o algún retrovirus. Gracias a ese dios imbécil y de segunda clase, su obsesión no es sexual.
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