Mariana Piñeiro es una actriz y performer que conocí hace ya casi 10 años, en la etapa final de Arín Dodó, con la que siempre me he compenetrado muy bien. Tenemos unos conceptos parecidos de cómo abordar la improvisación libre, por ejemplo consideramos que los instrumentos que utilizamos no hace falta “saber tocarlos”, simplemente hay que sacarle el rendimiento adecuado para expresar tus pensamientos y tus intuiciones y que ese concepto, al tenerlo plenamente desarrollado en la cabeza, no tienes más que dejarte llevar utilizando otros instrumentos distintos a tu cuerpo, que al fin y al cabo son meras herramientas o una prolongación de la mente para expresar lo que llevas por dentro.
Por su parte, José María (Chema) Pastor es un tío con mucha experiencia en la improvisación y con mucha música a sus espaldas. De formación académica y de mente muy abierta, siempre dispuesto a tirarse a la piscina y asumir un riesgo. También le gusta mucho la performance y lo relacionado con las vanguardias europeas de principios del siglo XX.
Los tres nos dispusimos a grabar una sesión de improvisación totalmente libre, siendo nuestra única preparación para la grabación unas cuantas horas de charla para conocernos mejor. Los tres estamos convencidos de que para la improvisación libre es más importante el contacto humano, la charla de cualquier tema (no necesariamente hablar de música), el intercambio de opiniones, una comida juntos, etc, que la discusión “teórica” sobre lo que puede ser la improvisación libre, o la preparación técnica para ello, o el ensayo. Ese “factor humano” desde nuestro punto de vista es indispensable para que una sesión de improvisación sea satisfactoria; hace que nos sintamos más unidos y confiemos unos en otros, e indudablemente hace que las cosas “rueden” y fluyan perfectamente.
Nos gustó mucho la sesión y por eso decidimos publicarla tanto en formato digital como en cinta de cassette. Para quién la quiera escuchar en la red pongo aquí el enlace. Hicimos dos partes llamadas “Untitled I” y “Untitled II”. Muy variadas para nuestro gusto. Utilizamos instrumentos acústicos como batería, contrabajo, vientos, voces… pero también usamos baterías electrónicas, teclados con un módulo Hammond enchufados a un amplificador de guitarra Fender, bajos, guitarras eléctricas… y hasta una Foxtex de 4 pistas del año 91. Reciclamos y reutilizamos todo para hacer música, no necesitamos meternos en la vorágine consumista de la última tecnología y el resultado, al menos a nosotros, nos gusta.