Enero 2013. Ya ha empezado el Festival Hurta Cordel, organizado por la asociación Músicalibre, en La Casa Encendida, en Madrid. Me paso el martes 22 a ver el concierto de MOLIMO. Me descuido un momento y ya han empezado. Son 50 minutos de música que no da tregua desde el principio. Las tres improvisadoras no paran de emitir sonidos disonantes, asimétricos e insistentes con el chelo, la percusión menuda (una percusión de las utilizadas en las clases de música para niños), saxo soprano y la voz. No paran. La piel se eriza, la boca abierta.

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Y el día 27 voy a ver a la Orquesta FOCO, por lo visto una de las orquestas de música libre más veteranas de Europa, conducida esta vez por Maggie Nicols y Terry Day. Conozco en ese momento a Ken Slaven y me cuenta que conoce desde hace mucho a Terry Day. Este último dirige a la orquesta con unos cuantos gestos mientras lee un texto, hacen silencios contundentes después de momentos de caos. La piel también se eriza, la boca abierta. Después sale Maggie Nicols, improvisadora experta y cantante de jazz, y dirige mientras hace movimientos de danza. La orquesta los entiende sin problema. La piel vuelve a erizarse, la boca abierta.

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Con todo lo que veo y oigo me reafirmo en lo que llevo pensando hace tiempo. Este tipo de música, libre de estructuras y que se hace en el momento es la mejor forma de hacer música desde mi punto de vista. Atrae de ella el riesgo que lleva implícito: nunca sabes que va a pasar porque te tienes que dejar llevar por lo que tienes alrededor. Te tienes que despojar de tus gustos personales y de tu memoria musical -porque en la improvisación libre no hay un modelo sonoro, ni un fraseo característico al que te puedas agarrar-, dejar la mente casi en blanco y dejar de pensar, sólo te tienes que ocupar de actuar. Predomina lo instantáneo y lo instintivo. Siempre me han interesado esos aspectos de la música, más que la interpretación racional, que se podría relacionar más con la composición, al poder revisar todo lo que has hecho antes. Esto hace que se manifieste tu personalidad de forma más clara, la postura que tienes ante este arte y también tu criterio. He leído hace poco que lo que distingue a un creador musical de otro, más que su oído o su pericia técnica, es su criterio. Eso va en el carácter de cada uno y eso se manifiesta claramente en la libre improvisación musical. Por todas estas razones me tiene atrapado esta manera de hacer música y a estas alturas no creo que haya marcha atrás.

Atentamente, J.G. Entonado & Arín Dodó 

por El Poleo