Cómo tuvo que estar Sevilla para que en casi todas las listas de ‘lo mejor’ de la década de los 2000 aparezca de forma recursiva el por otro lado muy divertido album de LCD Soundsystem Sound of Silver y cómo seguirá estando Sevilla para que el nuevo (y también muy entretenido), This Is Happening reciba otra vez loores y alabanzas a diestro y siniestro.
Vamos a ver si podemos poner las cosas en su sitio. James Murphy, que no es precisamente un veinteañero, no es hombre que pueda presumir de una trayectoria impresionante en el mundo de la música: fue miembro, en los 90, de grupos que, de verdad, no recuerda nadie y DJ de cierto prestigio en los clubs neoyorkinos por esa misma época; y no es sino como miembro del combo de productores DFA cuando empieza a conseguir fama y éxito. Los singles publicados en los primeros años de los 2000 dieron lugar al primer disco homónimo de LCD Sound System y dos años después, con Sound of Silver ya fue –directamente- el mismísimo Dios.
Llega ahora con This Is Happening y anda todo el mundo genuflexo en el reclinatorio, como si este refrito del tecnopop de los 80, liberado del manierismo de la época original, pasado por la estética acústica clubber (funk + punk + electrobeat) y trufado de “citas” de prestigio (Bowie), fuera lo más de lo mejor del universo. Y a lo peor es que efectivamente lo es: que tenemos el Olimpo tan arrasado y huérfano de verdaderas divinidades que cualquier duende habilidoso puede encumbrarse a la gloria. Una gloria por otra parte efímera, bulímica y amnésica, porque, hace más de diez años, Fatboy Slim hizo algo muy parecido, pero con mucho más fundamento y sustancia y genio, y nadie le pone ya unas flores, siquiera silvestres, a su divina efigie.
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