‘Treme’ es una serie de HBO que comenzó a emitirse la pasada primavera, si bien su episodio piloto fue rodado un año antes. Está escrita y producida por David Simon y Eric Overmyer (Homicide, Ley y orden, The Wire, Generation Kill) y trata sobre cómo los habitantes –especialmente los músicos- de un barrio de Nueva Orleans (Treme o Tremé) intentan sobreponerse a la devastación originada por el huracán Katrina.
Treme, a la manera de The Wire, centra su atención, más que en los sucesos, en los personajes y cómo éstos, en esta historia, enfrentan el forzado renacer tras la catástrofe: un mediocre trombonista de jazz, bebedor, adúltero e irresponsable (Wendell Pierce); su ex (Khandy Alexander), que regenta un bar histórico y cuyo hermano, preso el día del huracán, ha desaparecido en los recovecos de la burocracia; un DJ y músico ocasional (Steve Zahn), un lastre incapaz de madurar para todos los que le rodean; su amante (Kim Dickens), una chef agobiada por las deudas; el líder de un grupo de indios del Mardi Gras (Clarke Peters), resuelto a reunir a su banda y celebrar el Carnaval a cualquier precio; un profesor universitario y su esposa (John Goodman y Melissa Leo), activista y abogada, enfrentados a políticos y burócratas corruptos e incapaces. Y estos personajes principales están luego rodeados (como en toda buena novela: Treme es una novela en la televisión) de una multitud de secundarios de los que sólo podemos entrever (no dan para más diez capítulos de la primera temporada) su vida y su drama.
La idea de Simon y Overmyer al plantear la serie era ofrecer razones para que la ciudad no fuera abandonada a su suerte (la parte argumentativa racional/explosiva entre los personajes la lleva Goodman) y una de ellas es la cultura (“hay más cultura en uno de nuestros barrios que en toda Nueva York”, dice Bernette, el personaje de Goodman) y, de entre la cultura, Treme hace especialísimo hincapié en la música: vemos desfiles por la calles, clubs de jazz y de rhythm and blues, clubs de dixie para turistas en el Barrio Francés, tugurios en Tremé poblados de personajes probablemente reales (ya hizo Simon el experimento en The Wire y funcionó), músicos callejeros, músicos en la radio haciendo vudú con una gallina en antena, músicos on the road emulando a Kerouac y músicos en el estudio con Dr. John y con Allen Toussaint y con Elvis Costello (impagable la escena del club en la que le entra el personaje de Steve Zahn).
Treme no es una de esas series que enganchan por lo que pasa o vaya a pasar, porque su trama es delgada y su drama previsible; lo que engancha de Treme (Simon y Overmyer lo han vuelto a hacer) son sus personajes, seres ficticios pero hiperrealistas, tan creíbles (o más) que cualquier vecino, cualquier barman, cualquier músico.