Con un guión basado en las memorias de la hermanastra deJohn Lennon, Julia Baird, la directora y artista multimedia Samantha Taylor Wood aborda en esta película la adolescencia del ídolo inglés, desde los 14 años hasta la marcha de los primigenios Beatles a Hamburgo en 1960.
Con un estilo visual depuradísimo y con interpretaciones femeninas de indudable peso (Kristin Scott Thomas en el papel de la tía Mimi y Anne-Marie Duff como la madre de John), la pelicula pivota entre dos grandes asuntos: la formación de The Beatles a partir de The Quarrymen -que es lo que todo el mundo irá queriendo ver al cine- y los agonías sentimentales del joven Lennon, pivotando el muchacho a su vez entre el cariño y la rigidez de su tía, madre de facto, y el libertarismo y la falta de compromiso de su madre real.
El asunto musical lo resuelve Taylor Wood con una eficacia de circunstancias, sin apenas dejar margen para que puedan disfrutar los espectadores mitómanos, que a buen seguro se sentirán decepcionados; porque es evidente que lo que le interesa a la directora es “lo otro”: mostrar a un Lennon entre confuso y resentido, huérfano de amor materno, lleno de dudas, preguntas y contradicciones, rebelde con toda causa que hace de su descubrimiento del rock’n’roll -de la mano de su madre biológica-, primero, refugio, y, después, pasión.
El personaje del beatle está interpretado con solvencia y carisma por el joven Aaron Johnson, quizá demasiado atlético y carismático para el papel de un adolescente de turbia psicología y que por momentos más parece Elvis que Lennon queriendo imitar a Elvis, pero que consigue sobrenadar el abismo de “ser el mito” (Óscar Jaenada todavía anda recuperándose de Camarón) para imprimir al personaje vida propia más allá de la imitación.
La película se ve con agrado y curiosidad, abunda en aspectos melodramáticos, adelanta valientemente el climax a 30 minutos del final y tiene el indudable mérito de que podría verse y disfrutarse sin que el protagonista se llamara Lennon, lo cual es una ventaja para el film, pero quizá un bomba en la taquilla.