Aunque solo sea por el momento épico en que, mientras vemos una imagen de Tomás Fernando Flores, Diego A. Manrique y Jesús Ordovás sentados juntos (!), la locución habla de los críticos que cortaban el bacalao en España en los 90 y decidían lo que era mierda y lo que era nata montada, merece la pena ver (Netflix) este interesante documental de Alexis Morante acerca del ascenso, decadencia y traca final de uno de los grupos de rock españoles más grandes de la historia (lo de ‘grandes’ lo dicen las cifras y los hitos, tu opinión es tuya).
A favor, la aparente sinceridad con que se nos cuentan los desmadres y desastres de la banda y -lo que sí se nos muestra como letal- los desaires entre sus miembros a través de giras eternas diseñadas aparentemente por un perturbado (‘Pito’ Cubillas lleva en eso todas las papeletas), la incapacidad de la disquera –EMI/Hispavox– para comprender por qué querían tocar en Bélgica, Alemania o Austria y, por supuesto, el disparatado planteamiento (mejor dicho el NO-planteamiento) de la banda como negocio, cuya trayectoria se nos presenta como una acumulación de desatinos, dentro y fuera de Héroes del Silencio, todo ello producto de una manera muy española de entender una carrera musical, o sea, aquello de ‘toma el dinero y corre’.
En contra, la falta de una voz -presente o consabida- que narre la historia y la orientación de esta hacia una tesis, ausencia que deja el documental en un coro de voces que pueden ser muy relevantes para cualquier aficionado a la música que viviera esos años, pero que no podría hacer pestañear siquiera a un chico o chica de 20 años a quien le hubiera picado la curiosidad por el asunto.