Victor Wainwright es un pianista, cantante y compositor norteamericano (Savannah, Georgia, 1981), hijo y nieto de músicos de blues y el único bluesman controlador aéreo del que tenemos noticia. Wainwright -que no tiene nada que ver con los hermanos Rufus y Martha; Norteamérica es muy grande- ha compuesto música y tocado en bandas desde el instituto, aunque su ‘grupo de toda la vida’ ha sido Victor Wainwright & The WildRoots, junto al guitarrista Stephen Dees, proyecto del que parece haberse desligado formando una nueva banda (The Train) y dando un paso al frente con notable capacidad de convicción, de la que es muy buena prueba este disco.
‘Victor Wainwright and The Train’ es un disco magnético, energético, vital y perfectamente euforizante, pero además es un magnífico y ambicioso conjunto de composiciones que se colocan claramente en lo mejor que la música de raíces en general y el blues en particular han dado en este 2018. El disco, además, se escapa alegre y curioso de la etiqueta del blues e incorpora temas y formas del boogie, del rhythm and blues, del soul, del góspel y hasta del rock y el honky-tonk sin despeinarse. Todo fluye, todo encaja y todo tira del oyente como un tren (de cremallera) y cuando el ritmo afloja es para hacerle (‘Thank You Lucille’) un homenaje sentido y emocionante a B.B. King.