¿Cómo consigue una grandísima banda dar un puñetazo en la mesa con un disco definitivamente menor, áspero, tan desordenado que si lo ordenas tú –random play: prueba y me cuentas- hasta parece que mejora, que carece de no solo de un hit -completamente innecesario para Tweedy y los suyos a estas alturas- sino hasta de un tema(zo) que no desmerezca de las docenas que han fabricado gloriosamente hasta ahora? ¿Cómo lograr que -al menos durante un par de semanas- todo el mundo hable de este ‘Star Wars’ y que no sea para decirles a Wilco que de ellos -siempre, se siente- esperamos algo único y soberbio que nos levante del suelo e ilumine nuestras vidas incompletas y que esta vez no, definitivamente no lo han conseguido?